Hoy tengo ganas de escribir, siento tantas cosas que mi mirada se ve tan serena como esa calma que se siente en el ambiente antes de que una tormenta llegue y provoque ventarrones, relámpagos, truenos, así es como me siento en este momento, como si una tormenta de emociones se hiciera presente para lavar mi existencia, refrescar mis ideas y al finalizar tener una nueva perspectiva como cuando lo bueno que dejó esa tempestad es ese aroma a tierra mojada que me transporta a uno que otro recuerdo que me toca el corazón.
Por otro lado es increíble como Dios, la vida, el karma o como gusten llamarle, pone en el momento preciso a las personas indicadas con las palabras exactas ¿les ha pasado?
A veces es sano hacer un alto total y escuchar mi propia voz, dejar que me recuerde todo lo que he avanzado, que vea donde empecé y donde estoy ahora, las cosas que he hecho que hace algún tiempo ni soñaba con realizar, los miedos vencidos. A veces soy muy dura conmigo misma; hoy recordé que soy capaz de lograr magia haciendo con amor lo que me apasiona y que esa misma magia es capaz de atravesar distancias y mover corazones.
Descubrir que mi capacidad de asombro está intacta es una razón para sonreír. Si, hoy se trata de mi y de lo que siento, y hoy siento que soy capaz de hacer cosas increíbles, amo la sensación de estar conmigo misma sin necesidad de tener a alguien al lado para poder sonreír y sorprenderme.
Hoy me siento libre, feliz y con las manos abiertas para recibir todo lo que venga, sobre todo esos retos que me hacen más fuerte.