Ahora tu recuerdo se ve tan claro
como el humo de mi cigarro en la neblina
poco a poco se desvanece, pierde forma
pero con él, también mi alma se va
y en el pedazo de mi corazón donde habitabas
solo quedan rastros de melancolía.
Las sábanas que vistieron cada noche nuestra lujuria
solo conservan las memorias de nuestro aroma
y las marcas de tus besos fallidos.
Mis mañanas van volviendo a la realidad
pero ahora sin ti, sin tu café...
...este extraño sentimiento de añorarte se aleja,
y es así como el ensayo de mi adiós #2 llega a su fin.
1 comentario:
Hola, Marian. Me gusta como escribes y me gustan tus fotos también, es como irnos conociendo poco a poco... A fin de cuentas, para eso es un blog, ¿no crees?
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